miércoles, 17 de febrero de 2010

Somos parte de lo Nuevo…Somos parte del Sindicalismo de Base que desafía los planes de gobiernos, patronales y conducciones traidoras

      En estos tiempos, la realidad nos muestra cada vez más claramente la necesidad de que los trabajadores y los sectores populares nos unifiquemos para pelear por lo que nos corresponde.
      Porque mientras el Gobierno Nacional y la oposición patronal se están peleando para ver de qué manera pagar la fraudulenta deuda externa, destinando millones de dólares a los fondos buitres por una deuda que el pueblo trabajador no contrajo y de la que no obtuvo ningún beneficio, nuestra realidad es paupérrima: el empleo, la salud, la educación, la vivienda y servicios básicos como el agua y la luz no están garantizados para las mayorías populares.
      Las patronales que se preparan para un año de “buenos negocios”, -claro que después de haber provocado miles de despidos y suspensiones y el incremento de los ritmos de producción-, seguirán recibiendo del gobierno subsidios millonarios, mientras para los docentes y demás trabajadores sólo habrá migajas. Porque pese a la ficción del INDEC de los Kirchner, somos nosotros los que sufrimos la enorme carestía de la vida, con una inflación que nos devora el salario y nos empuja a vivir al límite, muchas veces por debajo de la línea de pobreza. Basta ver que algunos cortes de carne que en diciembre costaban 18 pesos hoy valen 28, mientras nuestro salario es el mismo.
      Y precisamente cuando más necesitamos dar una pelea común por mejorar nuestras condiciones de vida, las conducciones de la CGT y la CTA vuelven a mostrar que son parte de la política del gobierno y los empresarios de licuar nuestro salario para no afectar un ápice las ganancias de los patrones: por eso van a negociar por arriba nuestros techos salariales en las paritarias. 
      Nada bueno podemos esperar de estos dirigentes. Los trabajadores tenemos que expresarnos por nuestra propia cuenta, en las asambleas, a través de los nuevos delegados antiburocráticos que surgen desde la bronca de las bases contra los dirigentes vendidos y la patronal: como en la comisión interna de Kraft, como en el cuerpo de delegados del Subte, como los obreros de Zanon, como los docentes y los trabajadores de la salud en Córdoba, como tantos otros y otras. Todos somos parte de algo nuevo, de un sindicalismo de base que pelea con métodos democráticos y defiende los intereses de los trabajadores.


      Somos el ejemplo de un camino que si se desarrolla y se profundiza pone un serio límite al plan que el gobierno y las patronales tienen para nosotros. Porque para cambiar de una vez esta situación donde miles son empujados a la pobreza más miserable (sin más horizonte que la grosera limosna de los 180 pesos que les da el gobierno), donde la enorme mayoría de los trabajadores del país está en negro o precarizado, donde las grandes mayorías sociales no tiene acceso a servicios básicos, nosotros también tenemos que tener nuestro propio plan: por eso creemos que los trabajadores tenemos que organizarnos. Y ya empezamos a abrir el camino.