Por Cecilia Ruiz, artista y docente de Teatro.
“…Yo no cuestiono, y no cuestionaré. Yo no cuestiono, y así seguiré:
Seguiré aquí quietita, cómoda, sumisa, sin pedir “por qué”.
Total sólo quiero, que me digan lo que debo, y hacerlo muy bien…”
Las y los trabajadores docentes que con esfuerzo hacemos nuestra tarea, “tapando los baches” de un sistema que (en pésimas condiciones edilicias y materiales) asume la “contención” y “asistencia” a miles de jóvenes que viven bajo la línea de pobreza y no divisan alguna posibilidad de ascenso económico -en una provincia donde, según cifras oficiales, hay 52.493 jóvenes de 19 a 24 años que tienen dificultades de inserción laboral, un 32% de la totalidad de jóvenes del conglomerado cordobés-. Las y los que bajo estas condiciones pensamos nuestras clases, investigamos (haciendo “malabares” para pagarnos cursos de capacitación) y todavía apostamos a despertar el sentido crítico y reflexivo de los alumnos, somos testigos del vaciamiento y destrucción de los contenidos humanísticos y artísticos en la enseñanza media.
Como siempre todo tiene una explicación… y no es precisamente la que nos dan las/los inspectores de zona o los “agentes” de la conducción de U.E.P.C, cuyas justificaciones para el socavamiento de de materias necesarias para una formación integral, que permita a nuestros jóvenes ser críticos, analíticos y SENSIBLES son, por ejemplo:
“Los avances de las nuevas tecnologías o de las nuevas disciplinas de la vida moderna” argumento usado para justificar el remplazo del Ciclo de Especialización en Humanidades por un Ciclo de Especialización en Informática o Educación Física. Una Especialidad se cierra en pos de la supuesta “prioridad” de utilizar herramientas para el uso de la P.C. o el entrenamiento físico y de la salud por sobre la necesidad de una educación integrada, que contemple la formación artística y humanística. Como resultado de esto, las materias artísticas disminuyeron su carga horaria de 12 a 9 Horas cátedra.
Otra justificación para este vaciamiento de contenidos es: “La importancia de la formación técnica para otorgarle al alumno una herramienta de trabajo”. Cuestión coherente con una POLÍTICA EDUCATIVA -profundizada en la antidemocrática Reforma a la Ley Provincial de Educación 8113-, que busca convertir a las escuelas en ámbitos de reproducción de mano de obra, reforzando el perfil de egresados que las empresas requieren según sus necesidades productivas. Esto se expresa tanto en la numerosa cantidad de pasantías que los alumnos realizan como mano de obra gratuita para multinacionales como Coca Cola, como en una mayor ingerencia del sector productivo en los diseños curriculares de la educación técnico-profesional. Tal es el caso de materias como Formación para la Vida y el Trabajo, que pasó a ocupar 13 hs cátedra de 3ro a 6to año.
Esta reforma que nos fue impuesta sin ninguna posibilidad de participación en su elaboración pasa por “delante nuestro” como una más de las decenas de políticas neoliberales que se vienen implementando en la educación desde la Ley Federal a esta parte. Hoy se llama 9870, mañana tendrá otro nombre, otra instrumentación, otra forma de oprimir para que una minoría saque provecho mediante el dominio y la explotación capitalista.
Abajo la reforma! Basta de educación para las empresas!
RECUPEREMOS NUESTRO GREMIO, NUESTRAS ESCUELAS, NUESTRA EDUCACIÓN HACIA EL CAMINO DE UNA SOCIEDAD MAS JUSTA DONDE SEA POSIBLE EDUCAR HOMBRES Y MUJERES LIBRES.
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